sábado, 30 de marzo de 2024

Otro Asalto a la Razón

Es cada vez más común escuchar de bocas racionales diagnosticar una caída en la irracionalidad política. 

No me atrevería a negarlo, las cada día inferiores posibilidades de realización que el capitalismo asfixia con un proceso de concentración absurdo, nos empuja a niveles de neurotización Inéditos; proyecciones, compensaciones y crecientes identificaciones con el agresor van ganando proporción en cada una de nuestros posicionamientos y decisiones políticas.

Ahora, lo que de ningún modo es inédito es la irracionalidad en este campo. Ejemplos históricos son muchos, el nazismo en la sociedad alemana, el sionismo de derecha en la israelí, la negación del genocidio armenio, etc etc. Pero no sólo el absurdo cegador ha sido producto del poder del capital en sus vertientes más sórdidas; es particularmente llamativa la experiencia de la defensa incondicional de La Unión Soviética de Stalin por parte de altos intelectuales progresistas en todo el mundo (una versión compacta vemos hoy en intelectuales sionistas "de izquierda" haciendo contracturantes contorsiones para negar el genocidio en Gaza). Mientras el microclima interno permitía al PCUS esforzarse muy poco para velar el patetismo del circo de las purgas, de modo inversamente proporcional, en el exterior, sin necesidad de coherción alguna, un gigantesco ejército de obnuvilados por el "imperio" socialista agotaban sus neuronas hasta el extremo para otorgar un sentido progresista a la mayor inquisición de la modernidad.

Sin salida real por izquierda a la vista, hoy la irracionalidad se monta sobre representantes de lo más parasitario del capital. 

La novedad es el aprovechamiento de la necesidad de identificación compensatoria con los opresores, que elimina la necesidad de maquillar a la expropiación de los flacos recursos de los oprimidos. Si la historia sirve de guía, la actual irracionalidad también se pagará de modo trág

ico.

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