domingo, 6 de agosto de 2023

Se Robaron un PBI

 

Las redes sociales, en su mercantil necesidad de subsistencia, han generado una lógica de parcialización de la opinión pública que permite una verdadera construcción de "realidades" paralelas.

Desde la mera elección de contactos, seguidos y seguidores, pasando por el bloqueo y otros recursos, se van generando ámbitos de opinión inconexos, micro redes que se conectan sólo por afinidad generando parcelas de opinión pública. El debate con el otro está anulado, sólo podemos encontrar hoy debates "internos".
Por ejemplo, el ya imperativo insulto twitero no es más que un instrumento de represión que tiene por finalidad alejar del ámbito propio a elementos extraños a la opinión generalizada del mismo.
En cada una de esas parcelas las realidades construidas se potencian al punto de alcanzar tipos ideales que espantarían a quienes no forman parte de la visión que se construye y literalmente impera.
En su interior la objeciones externas no tienen efecto, cualquier barbaridad que haya circulado por allí y sea funcional a la opinión de ese campo cerrado sigue propagándose perpetuamente, por más refutaciones demoledoras que haya recibido fuera del ámbito parcelado.
Luego, del interior de estos corralitos, se disparan galvanizadas minorías intensas al combate ciego. Del resultado de esa lucha de sordos emerge un imaginario estado de opinión pública que suele determinar consejos de hasta los más finos consultores; absurdamente desentendidos de las opiniones de las mayorías pasivas.
Este es el marco de posibilidad existente que permite decir literalmente cualquier pelotudez: desde tirar estadísticas fantásticas sobre el delito o proporciones de extranjeros, hasta otorgarle carácter de género a absolutamente todo. Desde un lado, se recibirán réplicas alborozadas, valorizantes de lo publicado y de la autoestima de su publicante. Desde el otro, se tomarán estos posteos para rebatirlos de forma categórica, generando así una circulación de la refutación que cumplirá la misma función que la declaración refutada del otro lado de la pared. "Todo funciona y eso es lo inquietante" a condición de mantener cada círculo bien cerrado. Quien ose violentar las fortificadas fronteras deberá ser ferozmente reprimido con las nuevas armas de cada red social o con las viejas armas suburbanas: insultos, amenazas y agresiones. Por nada debe permitirse que algo rompa el frágil globo de la realidad ficticia en la que cada vez más necesitamos movernos. Al fin hemos logrado que nuestros deseos se conviertan en "realidad".

A. I.