viernes, 15 de febrero de 2013

La Radio, ese Invento Argentino

 La radio es una  de las tantas cosas que los argentinos hemos legado a la humanidad, y como la mayor parte del resto de las cosas que los argentinos hemos legado a la humanidad, ya la había legado otro. En este caso, solemos reconocer que nuestro aporte no fue original, por lo menos no suele aparecer en el listado de aportes al mundo en el que solemos ubicar al dulce de leche, el bolígrafo o la lectura de huellas digitales.

Pero no podemos dejar de reconocernos que la historia de la radio argentina ha seguido su propio camino, que de ningún modo se trató de una de esas sucesiones de imitaciones maquilladas que han seguido otros medios, actividades, géneros artísticos o formas culturales.

Desde sus propios fundadores subidos a una azotea, quienes siguieron sus pasos exprimieron sus creatividades al máximo, la mayoría de las veces para sacarse ventajas mutuamente en aquella inauguración de un mundo mediático ya entonces bastante cargado de canibalismo. Así nacieron inventivas “a la criolla” como transmitir una competencia automovilística a 70 kilómetros de distancia o transmitir un partido desde un estudio central. En este sentido, sin duda, la radio argentina es un invento argentino; en Europa no se conseguía.

viernes, 8 de febrero de 2013

Sabiduría en Oferta

José Narosky
Hasta la llegada del cine francés, las frases y aforismos eran una buena forma de mostrar intelectualidad a bajo precio. Uno debía memorizar algunos dichos célebres aplicables a las 15 o 20 situaciones que nuestras vulgares vidas nos otorgan como variedad posible y, cuando diera la ocasión, soltarlas al vuelo con desdén, con solvencia, como si se tratara de un pequeño puñado de monedas tomadas sin contarlas de un enorme tesoro de sabiduría guardado en los amplios sótanos de nuestras mentes.

Pero ya el genial Marx* había notado la peligrosidad de quedar en la posteridad en oraciones cortas para mentes perezosas, por ello, tal vez, haya dejado una frase, sino célebre al menos apropiada. Aquí la citamos (a su pedido) incorrectamente:

“Citadme diciendo que me han citado mal”
*Obviamente hablamos de Groucho