domingo, 7 de abril de 2024

No Sabés Lo Que Sos Para Mi

Es el maximo emergente y a la vez el más vulgar exponente de un fenómeno cada vez más amplio. Las escasas posibilidades de realización que nos deja la concentración creciente del capital nos impide realizarnos en los términos del modelo de realización que el mismo capitalismo impone: el éxito económico laboral, profesional, comercial, etc.

La identificación sobre los poderosos aparece como remedo o compensación en los desplazados sectores medios. La fascinación proyectual por ellos es propia de los más vulgares participes de este proceso y, en este caso, se combina de modo perverso con la construcción de autovaloración a través de la obtención del beneplácito de los dueños del país y el mundo. Es la corporación del tipo ideal de portador de la propensión a la artificial salida mediante la identificación con el "éxito" ajeno, presente en la mayoría de sus votantes; y, montado en esos votos, adquiere el derecho a las caricias directas de los "exitosos".

No es sólo un outsider delirante, es el emergente de un fenómeno masivo producto de una añeja tendencia estructural del capital; su patetismo refleja un estado de situación ampliamente diseminado.

domingo, 31 de marzo de 2024

Jesús ¿Murió por Mí o lo Mataron?

La teología sacrificial suele presentar dos problemas de difícil aceptación a la luz de la propia fe cristiana. El primero es que se basaría en un aparentemente absurdo reclamo de compensación de Dios a los Hombres ¿Por qué Dios habría de autosometerse a una regla de pago de deuda que parece escrita por un usurero obsesivo? Es que definitivamente esto no es así, no es Dios quien necesita la expiación, esta es una arraigada necesidad humana. Es extremadamente difícil encontrar alguna cultura humana coexistente con el antiguo Israel o Judá que no contenga alguna forma de sacrificio expiatorio, y de hecho la necesidad de compensar la culpa es prácticamente universal.
Allí llega el segundo problema de la teología sacrificial, la del ocultamiento del crimen político contra Jesús. Es esa sociedad cargada de necesidad de expiación la que vino a revolucionar Jesús, el resultado fue su asesinato. En ello ya Jesús murió por mi, por terminar con la opresión que me somete. Pero no se agota allí su sacrificio, al ser ejecutado se constituyó en el cordero perfecto, el libre de culpa que muere en pos de terminar con la culpa. Su muerte no sólo debe ser denunciada por su asesinato, es en y por ello que Jesús se convierte en el cordero que quita el pecado del mundo, su homicidio se convierte en el sacrificio que nos libera del nuestro, ya no debemos pagar por nuestras culpas, ahora sólo seguir su camino de liberación de toda opresión nos identifica con él en el sacrificio expiatorio definitivo." del muro de Alejandro A Ira

sábado, 30 de marzo de 2024

Otro Asalto a la Razón

Es cada vez más común escuchar de bocas racionales diagnosticar una caída en la irracionalidad política. 

No me atrevería a negarlo, las cada día inferiores posibilidades de realización que el capitalismo asfixia con un proceso de concentración absurdo, nos empuja a niveles de neurotización Inéditos; proyecciones, compensaciones y crecientes identificaciones con el agresor van ganando proporción en cada una de nuestros posicionamientos y decisiones políticas.

Ahora, lo que de ningún modo es inédito es la irracionalidad en este campo. Ejemplos históricos son muchos, el nazismo en la sociedad alemana, el sionismo de derecha en la israelí, la negación del genocidio armenio, etc etc. Pero no sólo el absurdo cegador ha sido producto del poder del capital en sus vertientes más sórdidas; es particularmente llamativa la experiencia de la defensa incondicional de La Unión Soviética de Stalin por parte de altos intelectuales progresistas en todo el mundo (una versión compacta vemos hoy en intelectuales sionistas "de izquierda" haciendo contracturantes contorsiones para negar el genocidio en Gaza). Mientras el microclima interno permitía al PCUS esforzarse muy poco para velar el patetismo del circo de las purgas, de modo inversamente proporcional, en el exterior, sin necesidad de coherción alguna, un gigantesco ejército de obnuvilados por el "imperio" socialista agotaban sus neuronas hasta el extremo para otorgar un sentido progresista a la mayor inquisición de la modernidad.

Sin salida real por izquierda a la vista, hoy la irracionalidad se monta sobre representantes de lo más parasitario del capital. 

La novedad es el aprovechamiento de la necesidad de identificación compensatoria con los opresores, que elimina la necesidad de maquillar a la expropiación de los flacos recursos de los oprimidos. Si la historia sirve de guía, la actual irracionalidad también se pagará de modo trág

ico.