jueves, 20 de septiembre de 2012

¡Eso No es Más que un Mito!

Escuchar o leer la palabra “mito” nos impulsa mentalmente a una serie de destinos posibles:
Hércules, Zeus, o alguna película de Maciste.
Alguna idealización histórica.
Una delantera incontenible de los años 50.
En todos estos casos el término conlleva alguna de las formas de la falsedad.
Tendemos a suponer que Hércules y Zeus no existieron jamás –aunque no tengamos pruebas de ello-; lo mismo pensamos de Maciste –en este caso podemos alegar notorias deficiencias actorales-; el revisionismo histórico llegó al extremo sacrílego de poner en cuestión la asistencia perfecta de Sarmiento; y resulta que la Máquina sólo formó completa un par de decenas de veces.
Sin embargo, hay quienes consideran el vocablo “mito” como el rótulo de tesoros de verdades a descubrir; verdades que exceden por mucho la literalidad de los hechos que relatan; al punto de convertir la determinación o no de la veracidad de su contenido fáctico, un dilema totalmente superfluo.

1 comentario:

  1. Hay ciertos círculos académicos, que inicialmente se forman para combatir toda clase de superstición e ignorancia, decididos hechar un poco de luz de la ciencia, mediante un método empírico que revelaría la verdad objetiva, es decir ¡las cosas son así!..si bien al principio predican que "las cosas son así, pero podrían ser de otro modo", pero cada vez más se aferran a la seguridad de que "son así"...algún lider con indulgencia agregaría "hasta que se demuestre lo contrario, de ahi son las paradigmas, colegas". Todos sonríen pero se empeñan en demostrar que las cosas son tal como ellos creen que son, de ahí el proceso se convierte en una cuestión de vida o muerte. Algunos, incomodos con la situación salen del grupo, amenazando de formar otro más fuerte que el primero para demostrar todo lo contrario, de que están completamente (!) equivocados. El grupo que queda, reducido en sus filas pero aún más potenciado y convencido de que está en lo correcto, busca encerrarse en sí, evitando de esa manera cualquier amenaza de incertidumbre exterior, creando códigos de comunicación solo entendibles entre ellos, y cuando no alcanza con lo empírico, sostén de sus ideales, hechan la mano a la MITOLOGIA, como un hambriento desesperado hurga en una bolsa en cuyo fondo cree que hay pan.
    Y si alguien de ustedes pasa cerca donde se reunen, espíen por la ventana, van a ver un grupo que pretendía cambiar el mundo y que terminó en un estudio riguroso acerca de si la muerte de Antígona fue el deseo de libertad o el deber de desobediencia civil...o, como Antígona no siente culpa eso no la convierte en un sujeto ético.
    *Carla

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