sábado, 12 de octubre de 2024

¿Trotsky Tuvo Razón en Brest-Litovsk?

 

La Historia en todas sus vertientes, hace mucho tiempo ya que ha declarado ganador en la discusión sobre la urgencia de la paz con Alemania o el aprovechamiento de la guerra para la diseminación de la revolución, al gran portador de la primera de las opciones, Vladimir Lenin.
Esto es indiscutible a condición de tomar como objetivo de todos los implicados el sostenimiento de lo ganado en octubre del 1917, la cuestión es sí esto era realmente así.
El principio legitimador marxista que había oficiado de justificación de la toma del poder en un país periférico y subdesarrollado -una verdadera herejía del paradigma socialista dominante- era la visión de Rusia como ganancia de una posición, un enclave, una trinchera para la meta indiscutible: la revolución en Alemania. Bajo ese norte, aprovechar al máximo la oportunidad que otorgaba una tribuna hacia las masas alemanas en el marco de las negociaciones de paz lejos de un error, era, como bien lo señala Horowicz, una "apuesta"; a la inminencia de la revolución en Alemania. Bajo está misma estrella, la de Lenin, constituía "asegurar la retaguardia", guardaba la plata en un banco, segura, pero a un interés muy bajo. ¿Qué implicarán a largo plazo para ese "capital" (la revolución triunfante en Petrogrado) ambas opciones?
Trotsky apostaba todo a algunos plenos, el acierto era un enorme portal a la revolución mundial, sí, en cambio, salía otro número, la debacle de lo ganado hasta allí era la gran posibilidad. Pero, reitero, lo ganado hasta allí se justificaba en la búsqueda de aquello por lo que Trotsky apostaba ¿a qué mantener la trinchera si no vamos a disparar nuestros cañones al objetivo? La trinchera conviertida en un fin en sí mismo implica eternizar la existencia en un pozo mugriento o empezar a convertir ese pozo en un lugar permanentemente habitable pero ¿para qué? en aquel nivel de internalización del capital (inferior al actual) ¿se podía reemplazar el objetivo (Alemania) por la conversión de ese pozo (Rusia) en el objetivo (Alemania)? Con el diario del lunes podemos decir parcialmente que sí, pero finalmente que no; pero lo que mejor se lee en el diario del lunes es que la opción de Lenin implicó la desaparición de la posibilidad de alcanzar el objetivo -la revolución en Alemania- en un corto o mediano plazo, el estancamiento en la trinchera, la burocratización y la monstruosidad del estalinismo, que culminó en la restauración capitalista.
Esto es sólo un ejercicio contra fáctico, pero en vista de ver aparecer algunas pequeñas posiciones de nuevos socialismos en un solo país, es bueno volver a tenerlo en cuenta.

domingo, 25 de agosto de 2024

¿Sólo el Amor Sostiene? Cuándo aún el mercado no sostenía sólo

 

Siempre se dijo que si Spineta hubiera nacido en Londres o Nueva York sería uno de los grandes popes de la historia del rock, y cuando digo "siempre" quiero decir "siempre". Tan "siempre", que Guillermo Vilas lo repetía a mitad de los 70, y decidido a sacar a su amigo de su condición de Carlovich. Intentó convencer a los directivos de la Columbia norteamericana de lo fructífero que sería obtener el "pase" de este genio anulado al conocimiento mundial en un país tan centralcordobiano como Argentina. 

Lo intentó y lo logró, con tal éxito que el "pase" incluiría un contrato por 5 años.

Para el primer paso, un álbum en inglés, CBS invirtió 100000 dólares, una suma importante para el mercado musical de entonces. Además de sesionistas de alto vuelo como Paulinho da Costa, pusieron a su disposición al arreglador de Imagine, Torrie Zito y nada menos que a George Tucker Butler Jr., gran amigo de Miles Davis y uno de los nombres importantes del mítico sello Blue Note. 

Pero no pasó mucho tiempo para que Spinetta comprendiera que era él quien estaba a disposición de ellos.

Es que, como es mercantilmente lógico, de lo que se trataba la introducción al mercado americano era exactamente de eso, de la introducción al MERCADO americano, no a el mundo del arte musical de los Estados Unidos (para entonces cada vez más alienado por el primero).

Los grandes gourmets preparaban el manjar con más salida del momento y el argentino llegaba al final a agregar "sal y pimienta a gusto". "Sing Spinetta" escuchaba no sin cierta satisfacción, ya que traía implícito algo de trato aristocrático, sus lacayos habían preparado hasta las sábanas, era la liberación del trabajo tedioso para dedicarse sólo a los aspectos artísticos. Pero en realidad esa liberación consistía en la introducción del artista en el final de una cadena de montaje en la que sólo ejecutaba una última y limitada tarea. Obviamente, como toda cadena de montaje todo el proceso está guiado por la realización mercantil del producto final, o más bien, lo que no es lo mismo, por lo que quienes la ponen en marcha consideran que favorece a la realización mercantil del producto final.

Claro, quiénes la ponen en marcha son burgueses, burócratas o empleados efectivos de los mismos, para quienes el producto mercantilmente más adecuado es el que contiene los parámetros de los que en el más inmediato de los pasados corrieron por el mercado a mayor velocidad.

Por ello las innovaciones no vienen nunca de los mercaderes, sino de las marginalidades artísticas que suelen aflorar sobre el agotamiento de un paradigma del que los hombres grises de la industria del arte ya han abusado.

Spinetta intentó convencer a sus lacayos-mecenas que él podía ser uno de ellos, pero la relación contractual dejaba muy en claro lo contrario.

El mero "sing Spinetta" (con arreglos que el mismo Luis calificó como alucinantes... para Tony Bennett), el casi desprecio por sus músicos (Lito Vitale y Gustavo Basterrica), composiciones a lo Gino Vannelli hechas por... Gino Vannelli, fueron demasiado para un alma de diamante del arte rock, un ser que no había entregado ni estaba dispuesto a entregar al mercado más que una porción menor de su espíritu.

El pedido final de recitar, así podía recitar también Vilas (por entonces tan popular como el tenis en aquellos años en USA), ya que Guillermo no podía cantar (lamentablemente unos años después olvidó esta incapacidad evidente), colmó la paciencia artística de Spinetta, quien termina renunciando a dinero y 4 años más de "introducción al mercado americano" para seguir muy bien posicionado en los oidos nocturnos de "soñadores" jóvenes argentinos que se realizaban en el mero acto de deleitarse con su música y sus líricas desprovistas casi por completo de plástico mercantil.

El disco se lanzó igual, como dijo irónicamente Luis, en la contratapa de la revista Tenis Player, y fue literalmente defenestrado por todos los gustadores del buen rock argentino, el más duro de ellos el propio Spinetta.

Sin embargo, hace ya algunos años ha comenzado una pronunciada revalorización del álbum, encontrando en él, más que valores artísticos, elementos legitimadores, como supuestos tonos soul (en el rock todo lo que tenga un tono negro permite convalidar la realización de cualquier basura). Ante esta movida pro Only Love Can Sustain, decidí volver a inclinar mi oído a él, lo hice en un vinilo de época en muy buen estado de conservación, y, al acercarme al final del Side B debí reconocerme "no está tan mal".

Hoy, ante un avance del mercado tal que casi no deja exterior a su existencia, me permito preguntarme ¿no está tan mal o hemos sido atrapados a tal punto por el fetichismo de la mercancía que aquello en el pasado defenestrado por unanimidad es hoy el parámetro de la buena calidad posible, en un mundo en el que ya aceptamos rendidos que todo se hace para ser vendido?

A. I.


miércoles, 5 de junio de 2024

Reacción a la Nada

 

Históricamente los fascismos han sido la reacción en última instancia frente a los peligros de revolución. Cuando se acabaron los remedios tradicionales las altas capas aceptan delegar "bonapartistamente" su poder en cuerpos políticos de dudosa procedencia y estado; pero por ello mismo predispuestos a ensuciar sus manos en tareas poco dignificantes.
Cuando los seres humanos hemos decidido, luego del fracaso de la experiencia estalinista, que el socialismo no era salida -sin siquiera atender que los problemas que nos habían hecho pensar en esa posible solución no solo siguen presentes sino que están agravados-, el lugar de los partidarios reales e imaginarios de la revolución fueron reemplazados por sus farsas; centristas de toda calaña se postularon como defensores de pobres sin nada para ofrecerles; porque nada queda hoy para ofrecer en los marcos de un sistema ultraconcentrado sin tocar los límites de la gran propiedad, y estos reformistas de la nada, populistas sin masas y viejos conservadores disfrazados para un nuevo circo sin pan, no quieren ni pueden tocar las manos -ni los bolsillos- de quienes les dan de comer a voluntad o no.
A la farsa de la revolución le ha seguido la farsa del fascismo. Payasos de toda laya están poblando occidente de la agresividad, hoy desarmada, de los belicista contrarevolucionarios de entreguerras. Reacción, sin revolucion para reprimir, se dan contra fantasmas con los que sus mentes llenas de pasado invisten a progresistas tan anticomunistas como ellos. Proponen quitar las migajas populistas como otrora reprivatizar las propiedades socializadas.
Ven Trotskys en Pedros Sánchez y comunistas en neoliberales culposos y los atacan con vivas a la propiedad privada y el mercado, pidiendo el fin del socialismo del viento.
Curiosamente, farsa contra farsa, la nueva derecha -develendo un rasgo más propio de los fascismos de los que es remedo, el bonapartismo- arriesga estúpidamente un debate ganado hace 30 años. Pone otra vez sobre la mesa de discusiones conceptos e ideas que el capital había logrado asociar casi a la biología humana; "mercado", "propiedad privada", el mismo "capitalismo", salen a ser defendidos con una violencia propia de los años 20 de ataques fantasmagóricos. Un burgués sabio debería preguntarse ¿con qué necesidad? ¿Por qué abrir cuestiones tan convenientemente cerrado?
¿Qué ocurrirá si los defensores de esos conceptos fracasan estrepitosamente?
En las respuestas a estas preguntas se puede abrir una puerta hasta aquí cerrada bajo varias llaves durante 30 años. La burda farsa neofascista responde a un imaginario fantasmagórico vacio; la nueva respuesta a esa patética pantomima derechista puede ser una nueva fantochada progre, pero tambien puede dar lugar a la corporización del viejo fantasma de Marx. Paea ello la izquierda debe quitarse de encima el idiotismo woke y tomar el guante que estúpidamente la ultraderecha le arroja. Dejemos que fijen la agenda del debate: mercado, propiedad privada, capitalismo o socialismo.

domingo, 7 de abril de 2024

No Sabés Lo Que Sos Para Mi

Es el maximo emergente y a la vez el más vulgar exponente de un fenómeno cada vez más amplio. Las escasas posibilidades de realización que nos deja la concentración creciente del capital nos impide realizarnos en los términos del modelo de realización que el mismo capitalismo impone: el éxito económico laboral, profesional, comercial, etc.

La identificación sobre los poderosos aparece como remedo o compensación en los desplazados sectores medios. La fascinación proyectual por ellos es propia de los más vulgares participes de este proceso y, en este caso, se combina de modo perverso con la construcción de autovaloración a través de la obtención del beneplácito de los dueños del país y el mundo. Es la corporación del tipo ideal de portador de la propensión a la artificial salida mediante la identificación con el "éxito" ajeno, presente en la mayoría de sus votantes; y, montado en esos votos, adquiere el derecho a las caricias directas de los "exitosos".

No es sólo un outsider delirante, es el emergente de un fenómeno masivo producto de una añeja tendencia estructural del capital; su patetismo refleja un estado de situación ampliamente diseminado.

domingo, 31 de marzo de 2024

Jesús ¿Murió por Mí o lo Mataron?

La teología sacrificial suele presentar dos problemas de difícil aceptación a la luz de la propia fe cristiana. El primero es que se basaría en un aparentemente absurdo reclamo de compensación de Dios a los Hombres ¿Por qué Dios habría de autosometerse a una regla de pago de deuda que parece escrita por un usurero obsesivo? Es que definitivamente esto no es así, no es Dios quien necesita la expiación, esta es una arraigada necesidad humana. Es extremadamente difícil encontrar alguna cultura humana coexistente con el antiguo Israel o Judá que no contenga alguna forma de sacrificio expiatorio, y de hecho la necesidad de compensar la culpa es prácticamente universal.
Allí llega el segundo problema de la teología sacrificial, la del ocultamiento del crimen político contra Jesús. Es esa sociedad cargada de necesidad de expiación la que vino a revolucionar Jesús, el resultado fue su asesinato. En ello ya Jesús murió por mi, por terminar con la opresión que me somete. Pero no se agota allí su sacrificio, al ser ejecutado se constituyó en el cordero perfecto, el libre de culpa que muere en pos de terminar con la culpa. Su muerte no sólo debe ser denunciada por su asesinato, es en y por ello que Jesús se convierte en el cordero que quita el pecado del mundo, su homicidio se convierte en el sacrificio que nos libera del nuestro, ya no debemos pagar por nuestras culpas, ahora sólo seguir su camino de liberación de toda opresión nos identifica con él en el sacrificio expiatorio definitivo.

sábado, 30 de marzo de 2024

Otro Asalto a la Razón

Es cada vez más común escuchar de bocas racionales diagnosticar una caída en la irracionalidad política. 

No me atrevería a negarlo, las cada día inferiores posibilidades de realización que el capitalismo asfixia con un proceso de concentración absurdo, nos empuja a niveles de neurotización Inéditos; proyecciones, compensaciones y crecientes identificaciones con el agresor van ganando proporción en cada una de nuestros posicionamientos y decisiones políticas.

Ahora, lo que de ningún modo es inédito es la irracionalidad en este campo. Ejemplos históricos son muchos, el nazismo en la sociedad alemana, el sionismo de derecha en la israelí, la negación del genocidio armenio, etc etc. Pero no sólo el absurdo cegador ha sido producto del poder del capital en sus vertientes más sórdidas; es particularmente llamativa la experiencia de la defensa incondicional de La Unión Soviética de Stalin por parte de altos intelectuales progresistas en todo el mundo (una versión compacta vemos hoy en intelectuales sionistas "de izquierda" haciendo contracturantes contorsiones para negar el genocidio en Gaza). Mientras el microclima interno permitía al PCUS esforzarse muy poco para velar el patetismo del circo de las purgas, de modo inversamente proporcional, en el exterior, sin necesidad de coherción alguna, un gigantesco ejército de obnuvilados por el "imperio" socialista agotaban sus neuronas hasta el extremo para otorgar un sentido progresista a la mayor inquisición de la modernidad.

Sin salida real por izquierda a la vista, hoy la irracionalidad se monta sobre representantes de lo más parasitario del capital. 

La novedad es el aprovechamiento de la necesidad de identificación compensatoria con los opresores, que elimina la necesidad de maquillar a la expropiación de los flacos recursos de los oprimidos. Si la historia sirve de guía, la actual irracionalidad también se pagará de modo trág

ico.